Los pasos de cebra forman parte de nuestras vidas, y es que todos los días pasamos por ellos, ya sea andando, en moto, en coche, en autobús… Los recordamos desde que tenemos uso de memoria, hasta el punto de que no podríamos imaginarnos las carreteras y la circulación sin ellos, por ello desde seguros de moto Pont Grup, a modo de homenaje, hemos querido hacer un post en el que vamos a repasar algunas de las curiosidades de los pasos de cebra que más nos han llamado la atención, y que creemos que deberías conocer.
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Origen de los pasos de cebra
Todos sabemos qué es un paso de cebra y qué función tienen en la seguridad vial, pero, ¿sabemos cuál es su origen?
Para hablar del origen de los pasos de cebra tenemos que remontarnos hasta el año 1949, que fue cuando George Charlesworth, director del laboratorio de investigación de la carretera, comenzó a investigar para tratar de encontrar una solución al alto número de atropellos a peatones que se producían cada día en las carreteras de Reino Unido.
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George Charlesworth, tras observar incesantemente el comportamiento tanto de los peatones como de los conductores, creyó que al pintar las características líneas blancas que forman los pasos de cebra sobre el asfalto, los conductores reducirían la velocidad y los peatones cruzarían la calle con una mayor precaución.
Fue entonces cuando se implantaron a modo de prueba 1.000 pasos de cebra a lo largo de todo Reino Unido, para ver cómo peatones y conductores respondían antes ellos.
Y lo cierto es que este experimento fue todo un éxito, ya que aunque no consiguió acabar con los atropellos y accidentes definitivamente, sí que los redujo enormemente, superando incluso las expectativas del propio George Charlesworth.
A partir del año 1951, el Gobierno de Reino Unido los incluyó en la legislación de tráfico, y en muy poco tiempo comenzaron a aparecer en todas las ciudades del mundo. Podemos decir que el primer paso de cebra oficial de la historia, fue el que se instaló en la ciudad de Slough, en el sur de Inglaterra, en 1951.
Cómo se pintan los pasos de cebra
Seguro que en alguna ocasión te has preguntado cómo se pintan los pasos de cebra. Reconócelo, nosotros también lo hemos hecho.
Lejos de lo que puede parecer, dados los tremendos avances que nos ha dado la tecnología en los últimos tiempos, lo cierto es que el proceso de pintura de los pasos de peatones es totalmente artesanal, y sigue siendo idéntico al que se utilizaba hace 50 años.
Para ello, se delimitarán diferentes franjas en la carretera, que posteriormente se pintarán de color blanco. Habitualmente las franjas suelen tener un tamaño de entre 40 y 60 centímetros de ancho, mientras que la longitud variará en función del tamaño de la calle.
Para pintar las franjas se utiliza un instrumento compuesto por un palo con un rectángulo hueco en el interior, a través del cual se vierte la pintura, y se va expandiendo a lo largo de cada franja.
También hay que decir que la pintura blanca que se utiliza no es una pintura convencional, sino que se trata de una pintura con propiedades antideslizantes, que además destaca por ser más duradera, resistente y por ser de secado rápido.
Pasos de cebra con mensajes
Recientemente hemos visto como muchas ciudades han comenzado a incorporar mensajes en los pasos de cebra, como “Para, mira, cruza”, con el objetivo de alertar a aquellos viandantes que caminan siempre con la vista puesta en sus teléfonos móviles, y así tratar de reducir las posibilidades de atropello.
También son muchas las ciudades que han decidido incorporar mensajes en los pasos de cebra, pero no con el objetivo de alertar a los viandantes, sino como una oportunidad para sacarles una sonrisa, con frases como “Te comería a versos” o “Tú, la longitud de mi debilidad”, entre otros.
El paso de cebra más grande de España se encuentra en el municipio pontevedrés de Cangas de Morrazo. Se trata de un paso de peatones de nada más y nada menos que 40 metros de ancho, que muchos peatones lo estrenaron realizando carreras entre las franjas, a modo de pista de atletismo.
De esta forma, el paso de cebra de Cangas de Morrazo supera al situado en la Gran Vía de Madrid, que hasta ahora era el más grande de España, con un total de 25 metros de anchura.
