Si alguna vez te has preguntado cómo se transmite la fuerza del motor a las ruedas o por qué algunos coches patinan más que otros al acelerar, es hora de entender qué papel juegan las ruedas motrices. Saber cuáles son, cómo funcionan y en qué se diferencian de otras ruedas del vehículo no solo te ayuda a conducir mejor, sino también a entender por qué tu coche responde de cierta forma en distintas situaciones. Vamos al grano y despejemos todas esas dudas que pueden parecer técnicas, pero que tienen una explicación sencilla.
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Las ruedas motrices son aquellas que reciben directamente la potencia del motor. Es decir, son las encargadas de mover el coche hacia adelante o hacia atrás. No todas las ruedas de un vehículo cumplen esta función: depende del tipo de tracción que tenga el coche.
En términos simples, imagina que estás empujando un carrito de supermercado. Si empujas desde atrás, ese sería un ejemplo de propulsión trasera. Si tiras desde adelante, tracción delantera. Y si haces ambas cosas al mismo tiempo, eso se parecería a una tracción total.
Estas ruedas están conectadas al sistema de transmisión, que transforma la energía del motor en movimiento. En algunos vehículos, son las ruedas delanteras las que hacen todo el trabajo; en otros, las traseras. Y hay modelos más avanzados que reparten la fuerza entre las cuatro.
Conocer cuáles son las ruedas motrices de tu coche te puede ayudar a saber cómo reacciona en condiciones de lluvia, nieve o curvas cerradas.
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¿Quieres saber qué ruedas de tu coche reciben la fuerza del motor? Aquí te explico cómo identificarlo, de forma práctica, según el tipo de tracción que tenga tu vehículo. No necesitas ser mecánico, basta con entender las tres configuraciones más comunes:
En este sistema, las ruedas traseras son las motrices. El motor transmite su fuerza hacia atrás a través del eje trasero. Es una configuración clásica en coches deportivos y vehículos de gama alta, aunque también se usa en furgonetas o coches grandes.
Ventajas:
Mejor equilibrio del peso (especialmente en coches con motor delantero).
Aceleración más potente sin perder tracción.
Mayor placer de conducción para los que buscan sensaciones deportivas.
Inconvenientes:
Menor adherencia en superficies resbaladizas.
Más propenso al sobreviraje (cuando la parte trasera del coche se desliza en curvas).
En este caso, las ruedas delanteras son las motrices. Es el sistema más común hoy en día, sobre todo en coches compactos y urbanos. El motor y la transmisión están colocados en la parte delantera, lo que hace que el conjunto sea más ligero y eficiente.
Ventajas:
Mejor agarre en condiciones de lluvia o nieve.
Menor consumo de combustible.
Más espacio interior al no tener eje de transmisión trasero.
Inconvenientes:
Menor sensación deportiva al conducir.
Tendencia al subviraje (el coche se va recto en curvas si se va demasiado rápido).
Aquí, las ruedas motrices son las cuatro. Este sistema reparte la fuerza del motor entre los dos ejes, de forma constante o bajo demanda, dependiendo del modelo. Es habitual en SUV, todoterrenos y algunos coches de alta gama.
Ventajas:
Máximo agarre en todo tipo de terrenos.
Mejor comportamiento en lluvia, barro o nieve.
Mayor estabilidad en curvas.
Inconvenientes:
Mayor consumo de combustible.
Mantenimiento más costoso.
Peso extra del sistema de tracción total.
Y hablando de seguridad, no basta con conocer el tipo de tracción de tu coche. También es clave que las ruedas estén en buen estado. Si las motrices no tienen buen agarre, da igual cuánta potencia reciba el eje: el coche puede perder tracción fácilmente. ¿Sabes cuándo cambiar los neumáticos? Echarle un vistazo a eso puede marcar la diferencia, sobre todo en condiciones complicadas como lluvia o nieve
Aunque a veces se confunden, las ruedas motrices y las ruedas directrices no son lo mismo. Cada una tiene una función distinta, y es importante diferenciarlas.
Ruedas motrices: Son las que reciben la fuerza del motor para mover el coche. Pueden estar en el eje delantero, trasero o en ambos.
Ruedas directrices: Son las que permiten girar el coche al accionar el volante. En la mayoría de vehículos, las ruedas delanteras también son las directrices, aunque en algunos coches deportivos o de competición también se utilizan ruedas traseras directrices.
Entonces, un coche con tracción delantera tiene ruedas que son motrices y directrices al mismo tiempo, ya que las delanteras impulsan el coche y también permiten girar. En cambio, en un coche con propulsión trasera, las delanteras son directrices y las traseras son motrices.
Esta diferencia se nota mucho en la forma en que se comporta el coche en carretera. Por ejemplo, si tienes un coche con tracción total, puedes tener tanto motricidad como dirección en las cuatro ruedas, lo que te da un control superior, aunque también exige más atención al volante.
Como ves, entender cuáles son las ruedas motrices de tu coche no es algo solo para mecánicos o fanáticos del motor. Es información útil que puede ayudarte a conducir mejor, anticiparte a cómo va a reaccionar tu vehículo y sacarle el máximo partido en distintas situaciones. Ya sea que tengas un coche con tracción delantera, trasera o total, conocer cómo se reparte la fuerza del motor te da una ventaja clara, tanto en seguridad como en eficiencia.
Así que la próxima vez que sientas que el coche patina, toma una curva rápida o arrancas cuesta arriba, piensa en qué ruedas están haciendo el trabajo duro. Las ruedas motrices tienen mucho que decir sobre cómo se mueve tu coche… y ahora tú ya sabes escucharlas.