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Los síntomas que indican que se rompe la correa de distribución

La correa de distribución no es precisamente la pieza más visible del coche, pero sí una de las más importantes. Su función es sincronizar el movimiento del motor, y si falla, puede acabar rompiendo medio bloque. Por eso es clave que conozcas los síntomas si se rompe la correa de distribución. Ignorar las señales puede salir muy caro, y lo peor es que muchas veces el coche ya lleva tiempo avisándote. Aquí te explico cómo detectar esos síntomas y qué hacer si llegas tarde.

Problemas que revelan una correa de distribución defectuosa

Cuando la correa de distribución empieza a fallar, el coche no se comporta igual. Aunque no lo veas, el desgaste interno empieza a dar la cara de diferentes formas. Estos son los tipos de problemas más comunes que provoca una correa de distribución en mal estado:

1. Pérdida de potencia

Uno de los primeros síntomas es que el motor pierde fuerza. Puede que al acelerar no responda igual o que notes tirones al conducir. Esto se debe a que la sincronización entre el cigüeñal y el árbol de levas ya no es la adecuada. La mezcla de aire y combustible no se quema correctamente, y el rendimiento del motor se resiente.

2. Fallos en el encendido

¿Te cuesta arrancar el coche por las mañanas? ¿El motor hace intentos pero no termina de arrancar? Una correa desgastada o mal colocada puede provocar que los cilindros no trabajen de forma coordinada, haciendo que el encendido sea irregular o directamente imposible. Este síntoma suele ir acompañado de ruidos extraños o vibraciones.

3. Ruidos metálicos o chirridos

Si al encender el coche o al estar en marcha escuchas ruidos secos, metálicos o como un chirrido, es posible que la correa esté floja o desgastada. Este tipo de sonidos suelen ser claros y repetitivos, y son una alerta directa de que algo no va bien en la distribución. Ojo, porque a veces estos ruidos también pueden venir de otras correas del motor, como la del alternador. Si no tienes claro cuál es cuál, échale un vistazo a este artículo: Correa del alternador ¿Qué es y para qué sirve?. Te ayudará a diferenciar los síntomas y saber exactamente qué revisar.

4. Humo en el escape

Otro síntoma común de una correa de distribución defectuosa es la emisión de humo oscuro por el tubo de escape. Esto ocurre porque la combustión no se produce de forma eficiente debido a una mala sincronización de las válvulas. Si el humo es más denso o tiene un color poco habitual, revísalo cuanto antes.

5. Vibraciones excesivas en el motor

Una correa en mal estado puede causar desequilibrios en el funcionamiento del motor. Si notas vibraciones anormales al ralentí o al circular, es posible que la distribución no esté funcionando bien. Estas vibraciones no solo son molestas, sino que pueden anticipar una rotura total.

6. Testigo del motor encendido

Aunque no es un síntoma exclusivo, si se enciende el testigo del motor en el tablero, y además notas alguno de los problemas anteriores, es momento de pasar por el taller. El sistema OBD puede detectar fallos en la sincronización del motor, lo que en muchos casos está relacionado con una correa desgastada o defectuosa.

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¿Qué hacer si se rompe la correa de distribución?

Si crees que se ha roto la correa de distribución mientras conducías, lo primero es detener el vehículo de inmediato. No intentes volver a arrancarlo. Si el motor ya se ha parado, no fuerces el encendido: podrías agravar aún más los daños.

Llama a una grúa y lleva el coche al taller. En la mayoría de los casos, cuando la correa se rompe con el motor en marcha, las válvulas y los pistones chocan, provocando una avería interna grave. Esto puede traducirse en la reparación o sustitución completa del motor, dependiendo de la gravedad.

Si todavía no se ha roto pero sospechas que está en mal estado por alguno de los síntomas que vimos antes, no esperes. Cambiar la correa a tiempo cuesta mucho menos que reparar un motor gripado. Los fabricantes suelen indicar cada cuántos kilómetros o años debe hacerse el cambio (normalmente entre 60.000 y 160.000 km), así que consulta el manual de tu coche y haz un mantenimiento preventivo.

Como ves, no hace falta que seas mecánico para notar que algo va mal en el motor. Estar atento a los síntomas si se rompe la correa de distribución puede ahorrarte una factura muy elevada y evitar daños irreversibles. La clave está en actuar a tiempo y no ignorar las señales: si tu coche no responde igual, hace ruidos raros o pierde fuerza, algo no está bien. Y si ese “algo” es la correa de distribución, más vale prevenir que pagar.

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